La licencia de segunda ocupación es un documento esencial para cualquier vivienda. Certifica que cumple con las condiciones mínimas de habitabilidad, seguridad y salud. Es necesaria para realizar trámites como dar de alta los suministros o vender la propiedad. Se solicita en viviendas de segunda mano, tras cambios de titularidad o cada cierto tiempo. Para obtenerla, se debe presentar documentación y superar una inspección técnica. No contar con esta licencia puede acarrear problemas legales y dificultar la venta o el alquiler de la vivienda.
Para solicitarlo, necesitas datos del inmueble y del propietario. El coste es de 100€.
Trámite rápido y seguro.
Sencillos formularios de solicitud.
Se expide para cualquier inmueble sin cédula de habitabilidad, ya construido y consolidado, que cumple la Ley de Habitabilidad y que necesite ser vendido, alquilado, sea candidato a subvenciones por rehabilitación energética, o incluso, en casos más extremos, sea objeto de dación en pago o necesite dar de alta servicios como agua, gas o electricidad. También se expide como renovación de una licencia de primera ocupación caducada, o una licencia de segunda ocupación caducada.
La duración de la validez de estas autorizaciones varía. Será de diez años para cédulas de nuevas viviendas o licencias de segunda ocupación concedidas antes del año 2004. Si se otorgaron entre 2005 y 2012, la duración será de quince años. Para trámites aprobados a partir de 2013, la vigencia será de veinticinco años en viviendas nuevas de primera ocupación y de quince años en licencias de segunda ocupación.
Una vez transcurrido este periodo, se debe renovar la licencia si se desea continuar con los beneficios y garantías que ésta proporciona, especialmente en relación con los suministros de agua, gas o electricidad y en casos de transmisión de la propiedad del inmueble.
El registro del certificado energético puede realizarlo el técnico certificador como representante del propietario del inmueble.
Es recomendable que sea el técnico certificador que ha realizado el certificado energético, quien se encargue además de su registro. A veces el proceso de registro puede ser pesado y complicado para quién no está familiarizado con los términos de la certificación energética.
Una vez registrado el certificado energético se obtiene la etiqueta energética. La etiqueta energética resume el contenido del certificado energético de una manera gráfica y fácil de entender.
La etiqueta energética contiene los datos generales del inmueble en su parte superior. La normativa de construcción vigente en el momento de la construcción del edificio.
La etiqueta energética indica a través de una escala de colores la calificación energética. Los inmuebles se califican de la A, inmuebles más eficientes, a la G, inmuebles menos eficientes.
En la parte baja de la etiqueta se indica el número de registro y la fecha de validez de la etiqueta energética. El número de registro lo emite el registro competente de cada Comunidad Autónoma, y es imprescindible para que la etiqueta tenga validez.
La fecha de validez de la etiqueta es diez años desde la fecha de emisión del certificado de eficiencia energética, excepto cuando la calificación energética sea una G, en cuyo caso la validez máxima es de 5 años.
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